Cómo germinar semillas de fresno

Las creencias antiguas señalan al fresno como un árbol que atrae la buena suerte y aleja las desgracias. Es una de las plantas más bondadosas si lo que buscamos es contar con un árbol que nos dé buena sombra. Como el fresno posee gran tamaño y su follaje es frondoso, es muy común observar a grupos de personas debajo de él disfrutando del otoño, época en que los frutos de este árbol se tornan maduros y sus hojas se amarillentan.

Historia y características del fresno

Antes de aprender a multiplicar sus semillas, vamos a desandar un poco su origen y qué cosas lo caracterizan. El fresno proviene de la familia de las Oleaceas. Pertenece al género Fraxinus, nombre que deriva del término que los griegos utilizaban para denominar a los cercados: “Phraxo”. Los romanos utilizaban estos árboles para la construcción de tapias o alambradas.

Los fresnos son originarios de Europa, sobre todo España y Portugal. También suele hallárselos en Norteamérica y países de clima tropical.

La característica principal del fresno es su poder de adaptación a ambientes templados, también su gran resistencia a los vientos. Como contrapartida, no soporta altas temperaturas y tampoco extremas sequías.

Posee una copa de forma redondeada que puede alcanzar los siete metros de diámetro. La altura promedio de un fresno ronda entre los ocho y doce metros. Pero también los hay más altos, de hasta veinte metros.

Las ramas de los fresnos se caracterizan por ser finas, con hojarasca color verde brillante. Posee un tronco fuerte y recto con forma cilíndrica, de corteza oscura y agrietada. Las flores del fresno son de color blanco, que suelen florecer en los meses de abril y mayo. Lo extraordinario es que esas flores no poseen pétalos, sólo unos simples filamentos que cuelgan.

El fresno da frutos alargados y de color verde, llamados sámaras, de ellos obtenemos las semillas para su reproducción.

Cómo germinar sus semillas

Luego de un breve recorrido sobre la historia y las características de este gran árbol, pasemos a detallar cómo hacer para germinar las semillas del fresno.

Ante todo debemos aclarar que la multiplicación de árboles mediante el uso de su semilla es un proceso sencillo y de muy bajo costo, pero que necesita de mayor tiempo y paciencia que la necesaria en otros métodos.  No obstante,  con este procedimiento obtenemos árboles con mayor adaptación al entorno y con un diseño y cultivo cuidados.

¿Qué necesitamos?

1. Semillas de fresno del año
2. Un recipiente de vidrio
3. Agua oxigenada
4. Maceta semillero
5. Sustrato suelto
6. Arcilla o leca

El momento indicado para recolectar las semillas del fresno es sobre finales del otoño, momento en que almacenan su madurez. Una vez recogidas, las debemos conservar en un lugar fresco hasta su plantación.

Para una mejor conservación podemos mantenerlas en una bolsa de cierre hermético para que pasen las temperaturas bajas del invierno ya que realizaremos la siembra durante la primavera.

El primer paso que debemos realizar, es poner las semillas en remojo en un recipiente con agua. Debemos desinfectarlas usando un poco de agua oxigenada. Durante 24 a 48 horas dejaremos las semillas en el agua.

Acto seguido debemos preparar nuestra maceta para la siembra. En el fondo, pondremos algo de arcilla y luego rellenamos ¾ de la maceta con el sustrato suelto.

Luego, colocamos las semillas espaciadas una de otras. Cubrimos con el sustrato superficialmente.

Para finalizar la siembra, regamos profundamente y dejamos la maceta reposar en un sitio con suficiente iluminación.

El tiempo en que las semillas tardan en brotar puede oscilar entre 4 a 8 semanas. Al momento en que la planta muestre al menos 4 hojas podremos trasplantarlas con cuidado, en macetas individuales.

Propiedades medicinales

El fresno es un árbol al que no se le conocen sustancias tóxicas. Gracias a ello, se lo ha utilizado para el tratamiento de enfermedades comunes como gripe, resfríos o fiebre. También para otras un tanto más complejas como ser estreñimiento, hipertensión y hemorroides.

Hay quienes también recomiendan el uso del fresno para combatir la retención de líquido, problemas urinarios y cálculos en los riñones.

Según la patología que se busque combatir, variará la forma de consumir el fresno. Puede ser mediante infusiones con sus hojas o cortezas. También bebiendo remedios naturistas preparados con este árbol, que podemos comprar en herboristerías o farmacias.