¿Sabías que nuestros intestinos piensan? 5 tips que te sorprenderán

Tenemos más neuronas en los intestinos que en la médula espinal. En su mayoría se encuentran en el intestino delgado, ahora: ¿qué esperas para comenzar a cuidar tus “tripas”?

Alimentación 20 de febrero de 2020 MPB MPB
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En medicina se habla de un segundo cerebro ubicado en nuestra panza. La ciencia creía que la única función de los intestinos era controlar la digestión de nuestra comida y, por tal motivo, poco se había interesado en ellos. Pues bien, resulta que más de 100 millones de neuronas se encuentran alojadas en nuestro sistema digestivo y esto llamó la atención de la ciencia.

“Mariposas en la panza” o “revoltijo en el estómago” son expresiones que seguro alguna vez utilizaste, siempre relacionadas con hechos que te ha tocado atravesar. Nuestro sistema digestivo es un importante centro de desarrollo emocional y afectivo, por tanto la relación mente - sistema digestivo es  tan vieja como la humanidad.

Intestinos y cerebro, una sola cosa

El sistema digestivo, a decir verdad, desde su origen se encuentra ligado al cerebro. En los inicios de nuestro desarrollo embriológico, donde luego se forma la cabeza, tienen lugar dos cavidades de las cuales una comenzará a descender dando lugar a las diversas zonas de nuestros intestinos.

Nuestro sistema digestivo utiliza los mismos neurotransmisores que el cerebro, por ejemplo la serotonina y la dopamina. Un número mayor a treinta moléculas que transmiten información de características similares a las que se encuentran en el sistema nervioso central.

Una experiencia que definimos como estresante, impacta en nuestro cerebro superior y mediante estas moléculas producirá respuestas también en nuestros en nuestro aparato digestivo.

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Si tus tripas están bien, todo está bien

Este cerebro de nuestra panza y su comunidad microbiana influyen en nuestro bienestar general. En la actualidad, la medicina se encuentra estudiando si enfermedades mentales o del sistema inmunológico se podrían tratar desde nuestros intestinos

Lo que ocurre es que contamos con una enorme cantidad de bacterias, virus, hongos y parásitos en nuestro tracto digestivo que, si están dentro de los parámetros normales, son de gran beneficio para nuestra salud.

No sólo la digestión y la absorción de nutrientes son tarea de este sistema, también la salud cardiovascular, el asma, la obesidad, el estado inmune así como nuestras emociones, nuestra salud mental y nuestro sentido del humor se ven alteradas de acuerdo al estado de nuestros intestinos.

Las alteraciones en las bacterias que habitan nuestro cuerpo (microbiota), consecuentemente, generan cambios en nuestro sistema nervioso. Problemas de memoria o ansiedad, dependen en parte de su composición.

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5 tips para sorprenderse

Algunos datos importantes a la hora de cuidar nuestro “segundo cerebro” y preservar la salud de todo nuestro cuerpo:

  1. Nuestro sistema inmune vive en nuestro intestino
    Si tenemos problemas intestinales casi con seguridad seamos más vulnerables a enfermedades comunes. La clave para nuestra inmunidad está en cuidar nuestra barriga. El 70 % de las células de nuestro aparato inmunológico reside en nuestros intestinos.
  2. Nuestra materia fecal son bacterias
    Gran cantidad de ellas son buenas para el organismo y se han convertido en tratamiento vital para quienes poseen un microbioma intestinal débil. De allí surgen, como alternativa médica, los trasplantes de heces.
  3. Dieta variada, microbioma variado
    Los tres millones de microbios que viven en nuestros intestinos  son huéspedes a los que les gusta los menús variados. Es importante cuidarlos y nutrirlos ya que son quienes hacen la tarea de digestión y absorción de nutrientes.
    Según los alimentos que ingerimos prosperan algunos y no otros microbios, por eso siempre es mejor una dieta diversa. Quienes comen siempre lo mismo, poseerán un microbioma pobre.
  4. Si le temes a un alimento, lo sentirás dañino
    Lo que creemos sobre una comida puede conducir a problemas intestinales. Por ejemplo, personas que sin ser intolerantes o alérgicas a la lactosa y el gluten desarrollan alguna enfermedad en torno a estos alimentos.
  5. Mejorar tu salud desde las tripas
    Algunas ideas que ya comentamos en artículos anteriores  pueden contribuir a la salud de tu microbiota intestinal y tu cuerpo en general. Alimentos y bebidas probioticas o fermentos como es el caso del Kéfir, limpiar nuestro organismo con jugos detox, son algunas de ellas.
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Algunas acciones para agregar…

  • Reducir los niveles de estrés haciendo meditación, yoga o relajación
  • Evitar el alcohol, la cafeína y las comidas picantes, sobre todo si ya tenés síntomas de problemas intestinales
  • Seguir una dieta diversa para diversificar el microbioma intestinal
  • Descansar bien. Cuando alteramos el reloj biológico durmiendo mal o fuera de horario, también alteramos los patrones de sueño de nuestros microbios intestinales. La idea es cuidarlos para que estén saludables y así estarlo también nosotros.
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